Todo el mundo en la industria de la traducción reconoce que está experimentando un cambio tecnológico. Claramente, la traducción automática se usa cada vez más, y su salida sin procesar se está volviendo cada vez más utilizable.
Sin embargo, demasiados usuarios olvidan que el contenido traducido automáticamente tiene el potencial de estar plagado de todo tipo de errores, y que los errores pueden estar al acecho en todas partes entre oraciones aparentemente fluidas y coherentes.
Los profesionales de la traducción expertos están equipados de manera única para evaluar la calidad de este resultado sin procesar. Solo los humanos de la vida real pueden decidir si usar la traducción automática o no, como los fotógrafos que eligen la mejor cámara para las condiciones o los contadores que eligen el método de ingreso de datos que mejor se adapta a su forma de trabajar.